Cuando caiga el sol

A veces nos empeñamos en querer volar demasiado deprisa o incluso por encima de las nubes. No nos damos cuenta que todo lleva su tiempo y que por querer ir a contracorriente lo único que conseguimos es cortarnos las alas. Si caes haz todo lo posible por levantarte, sin agobios, sin prisas y sin necesidades. Todo llega y todo pasa. Como la primavera, el verano, el otoño y el invierno, aunque a veces tengamos la sensación de que nunca van a llegar. Aunque el frío no sea todo lo gélido que otros años o aunque el calor asfixie. Recuerda que todo está en ti, en tu cabeza y en la forma de afrontar lo que venga. En la paciencia de saber esperar y en la ambición de siempre querer mejorar.

Cuando caiga el sol, acuérdate de que volverá a salir.

Acuérdate de los que están ahí a las duras y a las maduras, de los que aguantan tus malos días.

Recuerda ser tu mismo y no la persona que quieren que seas.

Lo más fácil es tropezarse y quedarse en el suelo ¿De verdad quieres eso?

Debes sacar tu lado positivo y mejorar el lado negativo.

Exige que te digan la verdad, aunque a veces sea demasiado dura para tus oídos.

Desahógate con la persona que creas idónea para según que tipo de situación.

Piensa y elige lo que más te conviene. Llévalo a cabo poco a poco.

Recuerda que estas palabras las puedes coger o no, pero empieza por quererte más.

Cuando caiga el sol sube tu moral, como subirá la marea con su puesta.

Cuando caiga el sol recuerda quién eres y quién quieres ser.

Cuando caiga el sol ve a verlo caer, relájate y empieza de cero.

"Cuando caiga el sol acuérdate de alzar el vuelo" S.F.