El Barco del humor






Hace unos días, después de cenar, me puse un ratito con el móvil para no perder la costumbre. No sé ni cómo ni por qué, llegué a los libros de la colección Barco de Vapor que tantos recuerdos de la infancia me traían. Empecé a curiosear y a mirar cada vez más y se me ocurrió una nueva serie del humor para este blog.

Desde la ignorancia de un niño, no prestaba atención a las portadas, pero ahora mi mente es mucho más retorcida y saco mis propias conclusiones que os iré contando por aquí.

 

Terror en Winnipeg:



Aquí veo dos albañiles y una familia asustada. Winnipeg es una ciudad canadiense, y aquí mi cabeza se imaginó a los albañiles diciéndoles piropos sin parar a la gente humilde que sólo pretendían que les arreglaran unas goteras que tenían en casa. Como ellos no querían trabajar y sólo querían beber cerveza, utilizaron la táctica de la intimidación con su repertorio:

"Mozos, cada vez que os veo me cruje el nabo"

"Os comía y me cosía el culo pa' no cagaros"

"Con esos culitos os invito a cagar en mi casa"

"Si vuestros culos fueran un banco os la metería a plazo fijo"

"Lastima que no seáis un pollo para meteros el palo por el culo y haceros sudar"

"Miedo os tenía que dar si supiérais donde me voy a colgar la toalla a partir de ahora cuando piense en vuestro cuerpo"

 

Yo que creía que estas cosas sólo pasan en España... y resulta que en Canadá también. Vaya por dios...



La bruja Mon:



¡Qué astutos, que juego de palabras! ¡Alucinante! Ahí, mandando mensajes subliminales como tanto les gusta para que los guiris se queden bien con la palabra Jamón y luego pidan que lo importen en sus países.

Lo curioso es que es una fusión entre la bruja de las tres mellizas y Aramis Fuster. Maravilloso. Soy fan de la bruJA MÓN.




Se vende mamá:





En este título se empieza a deducir el humor negro que hace con segundas la editorial. Sin leer el libro, no es muy esperanzador. Dos niños que a priori salen como si fuesen a vender a su madre. Una auténtica sacada que espero que no hayan leído muchos niños porque si no el mercado negro estará lleno de madres.

 


Hermanos hasta en la sopa:





Igual esta es la segunda parte de una trilogía, no sé, pero yo me imagino que después de vender a su madre, estos hermanos no se pusieron de acuerdo con el dinero a repartir. Al parecer la egoísta era la hermana y decidió comerse a su hermano en la sopa para así quedarse con todos los bienes recaudados en la venta de su madre. Al menos tiene la decencia de echarle sal para cuando le preguntasen sobre su hermano decir que era un salao'.




El niño del carrito:



Aquí veo un niño que por su estatura ya debe tener pelos en las pelotas que ha ido al supermercado a comprar con sus padres y se ha montado en el carro para que le lleven. Es un cómodo.

Después, sus padres le han abandonado. Su padre ha empezado a coger alimentos y a tirarlos por los aires y su madre avergonzada ha tenido que ponerse a limpiar la que el hombre ha liado. Con todo esto, los de la editorial han aprovechado para poner a la altura de las partes nobles del padre un pepino y dos tomates, o eso parece que son. ¡Qué subliminal y sublime todo!




El pequeño Nicolás:



Este libro no es de la colección que os mencionaba antes, pero me lo encontré por ahí y quería compartir lo visionarios que han sido. Aquí vemos al pequeño Nicolás tan tranquilo mientras se montaba en las noticias y en los periódicos tanto revuelo sobre él. Un tío que troleó a la vida, durmiendo tan tranquilo.

 


Mi abuelo era un cerezo:



Aquí tenemos la tercera parte de la trilogía de los hermanos. En esta tercera parte que me he inventado yo, la hermana cagó al hermano que se había comido, apareció su padre desaparecido con una hermanastra y fueron a visitar a su abuelo que resultaba ser un cerezo. El desenlace con final abierto decía que también iban a visitar a su tío que era un naranjo, su primo que era un nogal y a su tío abuelo que era un limonero... Veremos que pasa si deciden sacar una cuarta parte. Todo sea por los ingresos...





 

 

 

 

"Ni juzgues un libro por su portada ni a una persona por las habladurías..." -S.F


 

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